miércoles, 19 de septiembre de 2012

Ilustradora en ciernes

Hola a todos, gentes de la Bloggosfera!!!

Os había dicho en alguna ocasión que soy una ilustradora en proceso?


Digo que soy Ilustradora en ciernes porque no tengo el título... aún, el año que viene me pondré a estudiar otra vez para sacarme el Ciclo de Ilustración.

Además, mi sueño, por el que estoy currando y seguiré currando porque no se hace en dos días, no es sólo escribir un libro, es ilustrar dicho libro. Por eso digo que estoy currando y que me llevará tiempo, una novela ilustrada lleva mucho más que una normal porque los dibujos no pueden ser charramangueros y una servidora se exige mucho a sí misma!

Así que os anuncio que "La Generación Omega" y el otro libro que tengo en mente desde hace tiempo y no se dejaba escribir que se llama "El sótano del Verone" , y que ahora se deja escribir y dibujar es una celosona, serán novelas ilustradas, que no novelas gráficas, creo que es diferente, indagaré en el tema y os contaré las diferencias en otra entrada, sé que un cómic y una novela gráfica no son lo mismo, eso también os lo explicaré en otra entrada.

Y ahora otra revelación sobre mí... Sabéis que me gusta dibujar cosas macabras y desagradables? Igual que a veces me emociono con el Gore escribiendo (hablando de gore y escribir, estoy con transcribiendo el siguiente capítulo de "Las Crónicas de Sadist") también me paso de rosca dibujando.

Aquí la prueba...


Es sólo un trocito pero es que es el concepto de uno de los personajes de "El Sótano del Verone" no os lo voy a enseñar entero, para verlo entero tendréis que esperar!! La faltan muchas sombras y bastante rojo, el resultado final estará en el libro *o*

Ooooooos dejos por hoy, a ver si mañana vuelvo a tambalearme por estos lares para contaros algo... Además de que obviamente eso que dije en su momento que iba a centrarme en una historia sola a resultado ser molecularmente imposible.

Xaaau!!

Deidre

jueves, 13 de septiembre de 2012

Sigue tocando - Capítulo 4


No sabía cuanto tiempo había pasado pero cuando despertó estaba tumbada en el sofá de la habitación de Martín, aunque estaba todo demasiado silencioso. Abrió los ojos de golpe y miró hacia la cama.

- ¿Dónde está Martín? - preguntó asustada en voz alta aunque no hubiera nadie en la habitación.

- Está bien, no te preocupes – se sobresaltó al oír una voz en la puerta y se volvió hacia ella – Pero le han tenido que trasladar a la UVI. Lo siento.

- Félix... - se levantó del sofá y fue corriendo hacia los brazos que le ofrecía su mejor amigo y se abrazó a él con fuerza, todavía tenía ese pitido monótono en la cabeza, las imágenes de Martín se repetían en su cabeza una y otra vez y ahora se habían llevado a Martín a la UVI. La situación iba de mal en peor y no podía hacer nada. Se echó a llorar por la que parecía la centésima vez de que Martín entrara allí – No puede irse...

- No se irá – su amigo empezó a dibujar círculos con la mano sobre su espalda hasta que consiguió que dejara de sacudirse con cada sollozo – Vamos...

Le rodeó los hombros con un brazo y la guió hasta la UVI, cuando atravesaron las puertas vio como el resto de sus amigos y su madre esperaban en el pasillo, todos le sonrieron y su madre se acercó a ella y la abrazó con fuerza como si fuera algo precioso.

- ¿Estás bien, Princesa? - le preguntó su madre forzando una sonrisa a través de las lágrimas y ella le contestó con un leve movimiento de cabeza – Cariño... los médicos me han dicho que sólo permitirán una visita hoy y... prefiero que entres tú...

- ¿Pero... - comenzó ella.

- Escúchame – le dijo su madre levantando la mano para hacerla callar – Entra tú... Martín es mi hijo pero tú también y sé que estaréis mejor juntos. Aunque no podrás estar mucho tiempo.

Asintió con la cabeza y siguió a su madre hasta que llegaron a la que suponía era la habitación de su hermano, su madre se detuvo y la miró otra vez.

- Antes de que le veas tengo que decirte algo – le cogió la mano y se la apretó con fuerza – La parada lo dejó muy débil y... no puede respirar por sí mismo.

Caminó los pocos pasos que la separaban de ver el interior de la habitación de su hermano por la ventana y se le cayó el corazón a los pies. Martín estaba sobre la cama, con los ojos cerrados y rodeado de máquinas y con ese maldito tubo por la garganta. Puso la mano sobre la ventana y la cerró con rabia arañando el cristal, soltó la mano de su madre con suavidad y entró con cuidado en la habitación. Miró otra vez al cuerpo dormido de Martín, parecía mucho más pequeño de lo que era con todas aquellas máquinas a su alrededor, más vulnerable... Sus ojos se pararon en sus manos, si no las estuviera mirando no se habría dado cuenta pero le daba la sensación de que intentaban cerrarse sobre las sábanas. ¿Una pesadilla?

- Vuelve Martín... Martín...

Se sentó en la silla que había junto a la cama y cogió la mano de él con cuidado. Estaba fría.

- ¿Puedes oírme? - había adoptado la costumbre de hablarle, para que supiera que estaba con él, pero era la primera vez que se cuestionaba si podría oírla – Vuelve... - la voz le tembló por las lágrimas, verlo así era más de lo que podía soportar, estaba asustada ¿y si no volvía? - Vuelve, por favor...

Recordó la canción que había empezado hacía unas horas antes de que el mundo se hubiera resquebrajado alrededor de ella. Pensó que podría seguir enseñándosela para calmar la posible pesadilla de su hermano, además, aquella canción decía todo lo que significaba para ella, todo lo que sentiría si pasaba lo que temía.

“So if this melody should stop or fade away
The oceans will drain out, and the starts disintegrate
It's like voodoo, I've lost all my control.
I look into you, you make me rock and roll”

Respiró hondo para mantener su voz bajo control y poder seguir adelante.

“So on the day when the music dies, so will our love
There´ll be some pain, but I'll keep it in my locket
If you'll lead the band, then I will have to follow
There's no escape for me so... play on”

- Marta... - la llamó la voz de la doctora – lo siento muchísimo pero tienes que salir ya.

Se volvió hacia la voz y efectivamente vio a la doctora, una mujer joven de cabello castaño y ondulado y expresión dulce, acompañada de una enfermera de aspecto maternal que le sonreía tristemente. Marta agachó la cabeza y se levantó no sin antes mirar la mano de Martín, cuando se iba vio aquel gesto otra vez, intentaba alcanzar algo, y un escalofrío le recorrió la espalda. No...

El pulso de su hermano empezó a acelerarse en ese instante y ella podría jurar que sentía como todo temblaba a su alrededor – No, no, no... no te vayas...

La doctora intentó sacarla fuera pero consiguió zafarse y llegar hasta su hermano otra vez. Se sentó con cuidado en la cama y le acarició el pelo y poco a poco oyó como el pulso de Martín empezaba a normalizarse, empezó a tararear suavemente y al final su hermano inclinó la cabeza hacia su voz.

- ¿Doctora Taylor? - preguntó la enfermera detrás de ella, mientras la doctora estaba junto al monitor analizando aún lo que había pasado.

Vio a medias como la doctora sonreía – Será mejor para él que se quede. Está más tranquilo con ella.

Marta pasó la mano por la cara de su hermano sonriendo levemente, deseando que volviera a estar con ella.

- “ We are a lullaby, an everlasting song...”

domingo, 9 de septiembre de 2012

Las Horas Brujas

¿Véis esa página nueva en lo alto del blog?

¿La que pone "Las Horas Brujas (+18)"?

Y supongo que os acordaréis de que ayer os pregunté, sin conseguir respuesta, si os gustaría leer mis relatos eróticos.

Lo he pensado largo y tendido y creo que lo mejor es que tengan su propio blog, restringido sólo a mayores de 18 años, así que entraréis por vuestra cuenta y riesgo allí si es que lo queréis leer.

Si os gusta por favor no dejéis de darle publicidad, es difícil conseguirlo sola y me haríais un gran favor si me echárais una mano.

Por hoy nada más, sigo liada con "La que no corre, vuela" y buscando el primer relato de "Las Horas Brujas" pero pronto volveré por estos lares para seguir subiendo cosas aptas para todos los públicos.

Xaaau!!

sábado, 8 de septiembre de 2012

Lo siento!!

Sé que antes irme de vacaciones os escribía todos los días pero es que estoy intentando sacar adelante mi pequeño "recaudador de fondos" también conocido como La que no corre, vuela (el link está en las pestañas de arriba) y me lleva mucho tiempo, apenas tengo tiempo para escribir, espero que me perdonéis.

Por otro, tampoco escribo aquí todo lo que llevaba escribiendo porque la verdad es que no se me ocurren buenos temas de los que hablar, parcialmente porque apenas escribo supongo que cuando me ponga las pilas y vuelva a empezar los temas irán surgiendo, habrá que esperar entonces. Sólo quiero que sepáis que sigo viva!!

Y ahora os quiero comentar algo para que sepáis lo que va a empezar a pasar. Puede que no os lo podáis creer teniendo en cuenta la banda sonora que tiene La Generación Omega, pero lo mío, en lo que soy una "experta" (si puedo tener el santo valor de llamarme experta) son los relatos eróticos. Relatos eróticos bastante explícitos, os aseguro que no encontraréis eufemismos pastelosos en lo que escribo, también soy bastante explícita cuando toca hablar de sangre y desmembramientos (estoy quedando como una perturbada, ¿verdad? Bueeeeeeeeeno... yo soy así que se le va a hacer), no me gustan las cosas sutiles y los eufemismos... eso... pastelosos. Soy ilustradora, a lo mejor es eso lo que me empuja a definir imágenes exactas en la imaginación de la gente que lee lo que escribo.

Ahora volvamos a mi extensa biblioteca de relatos eróticos, y es extensa de verdad, tanto que podría editarlos y ya tengo para dos libros, por lo menos. Y os quería preguntar (por favor contestarme) si os gustaría que los publicara aquí, no quiero herir la sensibilidad de nadie y quiero saber vuestra opinión antes de dar un paso en falso.

domingo, 2 de septiembre de 2012

He vuelto!! / Sigue tocando - Capítulo 3

Sí... sé que hoy es domingo y que toca "Las crónicas de Sadist" pero me duele un oído y no tengo ganas de transcribir... perdón, en los próximos días os pondré el capítulo 3, a ver si me pongo las pilas y empiezo a transcribir por adelantado.

En otro orden de cosas, he vuelto de vacaciones y aunque no he escrito mucho de "La Generación Omega" si he escrito algo y además he estado cambiando los "capítulos" pero tengo otro blog entre manos (hay un acceso directo en la barra de debajo de la cabecera) y ese necesita mucho trabajo detrás de las cámaras y cosas de las que tengo que ocuparme y me sacan mucho tiempo, sentiros libres de ir a mirar ese blog cuando terminéis de leer esto y así sabréis de que os estoy hablando. Espero que os guste lo que veáis :)

Y sin más dilación y como hoy tocaba leer historia y no mis historias mentales, os dejo el siguiente capítulo de "Sigue tocando" Ya sabéis que podéis decirme que os parece, no seáis tímidos, que estáis muy tímidos!


Sigue tocando - Capítulo 3

Se sentía cansada pero aún así abrió los ojos y miró a su alrededor para ver aquella fría habitación de hospital, a su lado podía oír el pitido regular de la máquina que le decía que su hermano seguía vivo.

Lo miró desde el sofá donde dormía desde hacía dos semanas, sino fuera porque sabía que no era así pensaría que estaba dormido. Pero no era así, recordaba perfectamente lo que había pasado, una de esas cosas que no podría olvidar nunca. Se habían vuelto a quedar hasta tarde escribiendo canciones para la banda y habían empezado una perfecta para ellos, Martín le había dicho que no quería irse a dormir... le había dejado solo en la habitación 5 minutos y cuando volvió se lo encontró tirado en el suelo inconsciente y casi sin pulso. Lo habían llevado al hospital lo más rápido posible y apenas una hora después los médicos les habían dicho a ella y a su madre que estaba en coma. Estaba destrozada.

Y ahora lo examinaba desde el sofá atentamente, su pecho subía y bajaba con calma, estaba tumbado sobre la espalda, con la cara mirando al techo. Rodó los ojos, sabía que era mejor para él pero también sabía que a Martín no le gustaba dormir así, le provocaba dolor de cabeza. Igual que sabía otro ciento de pequeños detalles sobre él, como que desde que habían tenido aquella niñera horrible que les reñía cada vez que la despertaban de noche había dejado de gritar y en vez de eso se agarraba a las sábanas de su cama cuando tenía pesadillas.

Se sentó en el sofá y miró el reloj, eran las 10 de la mañana, de modo que se levantó, se calzó y fue hacia la cama. Le cogió la mano y se la apretó levemente esperando que su hermano le devolviera el gesto pero no fue así. Suspiró – Buenos días, Martín – le pasó la mano por el pelo lentamente y volvió a suspirar, le echaba de menos, se sentía tan sola.

Su mirada fue de la cara pacífica de su hermano al monitor que tenía a su lado con ese pitido constante, rogando a quien quisiera oírla que siguiera siendo constante, los médicos le habían dicho que tenía el corazón demasiado débil como para estar consciente y no sabían cuanto tiempo aguantaría en coma, sólo esperaba que encontraran un corazón nuevo para él antes de que fuera demasiado tarde.

Se sorprendió a sí misma con lágrimas en los ojos al pensar que estos podían ser los últimos momentos que podía pasar con su hermano, hasta aquel momento había sido el único hombre de su vida, eran mellizos y lo habían compartido todo, todo excepto ese corazón averiado, ella era la mayor, era la más fuerte y en ese momento se sentía la más egoísta.

- Martín... - sollozó desplomándose sobre la silla.

Recordó todo lo que habían pasado juntos, aquellas tardes cuando ella intentaba aprender a tocar la guitarra y la melodía que le tarareaba él cuando se le atragantaba algún acorde, aquella noche horrible habían empezado a ponerle letra pero no les había dado tiempo a terminarla, casi no la habían empezado cuando toda aquella pesadilla sucedió, sin embargo ella había intentado escribirla durante las noches interminables en las que no podía dormir. Pasó la mano por su antebrazo – Te echo de menos. Espero que te guste.

We are a lullaby, an everlasting song.
Taken as prisioners to a place where we belong.
If the tune stops, I will not wake.
Oh no, without us I'm no one, my soul swells and aches.”

Bajó la cabeza y se pasó la mano por el pelo. De verdad le dolía el alma, sólo unos pocos conocían hasta que punto estaban unidos.

So on the day when the music dies, so will our love.
There'll be some pain, but I'll keep it in my locket.
If you'll lead the band, then I will have to follow.
There's no escape for me so... play on”

No, sin él no había salida para ella, no iba a ser capaz de vivir sin él, habían nacido juntos y morirían juntos, se echó a llorar sin poder continuar la canción y notó entonces un ligero movimiento en la mano de Martín que todavía tenía entre las suyas, como si quiera alcanzar algo, se levantó rápidamente para ponerse a la altura de la cabeza de su hermano deseando que abriera los ojos, le oyó respirar profundamente y luego su mundo se vino abajo, se quedó paralizada al oír como el pitido del monitor dejaba de ser intermitente.

- ¡No! - le suplicó - ¡Martín! ¡No te vayas!

Empezó a llorar con más fuerza mientras los médicos entraban a la carrera en la habitación y acercaban el carrito del desfibrilador a la cama, le faltaba el aire. De repente sintió como un par de brazos la cogían y la arrastraban al sofá. Vio como los médicos intentaban traerlo de vuelta pero sólo se fijaba en la cara de su hermano, ya no se le veía tan tranquilo como antes.

- Le están haciendo daño – dijo aferrándose al brazo de su amigo sin poder despegar la mirada del cuerpo de Martín que se sacudía violentamente por culpa de las descargas, no pudo soportarlo más y antes de que se diera cuenta de lo que pasaba, la oscuridad se cerró sobre ella.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...