domingo, 12 de agosto de 2012

Las Crónicas de Sadist - Capítulo 2



Capítulo 2

Me miró con preocupación y me agarró con fuerza cuando vio que me iba al suelo, la verdad es que me habría caído de no ser por ella. Cuando me erguí otra vez levantó y la pasó entre mi pelo, como cuando era más pequeño. Me alegró que aquello no hubiera cambiado. Cuando abrí los ojos me fijé en que estaba mirando la herida en mi brazo, levantó la vista otra vez y me miró levantando una ceja.

- Siéntate – me dijo señalando la camilla detrás de mí – Y cuéntame que te ha pasado.

Le faltó añadir el “otra vez”, me senté en la camilla como me dijo y bajé la cabeza mirándome la herida del brazo.

- Llevo una semana escapando... Me cargué a mi jefe... Sus secuaces me estaban buscando, tuve un encontronazo con uno...

No dejé de mirar al suelo, con otra persona me habría jactado de lo que había hecho... y estaba orgulloso, pero ella era diferente y sabía que no le gustaba que me comportara así. Oí como se lavaba las manos y el peculiar sonido de la goma de los guantes al ajustarse. Se acercó a mí otra y entonces vino lo que ya me esperaba. El chasqueo de desaprobación y el tono de pena, con otra persona me habría enfadado y probablemente, estuviera muerta a estas alturas, pero Melinda sacaba al corderito que había dentro de mí.

- ¿Cuantas veces hemos hablado de estas cosas, Lars? Pensé que sabrías controlarte después de todo – me dijo con tono de pena, realmente preocupada por mí, como siempre – Mejor quítatela – me pidió después de un momento - En serio, Lars... sabes lo que opino de estos comportamientos ¿o se te ha olvidado?

Ni me atreví a levantar los ojos para mirarla a los suyos, me limité a cerrarlos, sabía que aquello no le iba a gustar, y tal vez, sólo tal vez, tuviera razón.

- Sabes que es lo único que he hecho toda mi vida... por eso me conociste donde me conociste... - me quité la camiseta y le enseñé la herida otra vez. Luego miré la botella de alcohol y cerré los ojos... aquello iba a quemar - Y no se me ha olvidado que nunca te gustó que fuese así... - bajé la cabeza otra vez.

- Bien, ya se que es lo que has hecho toda tu vida pero sabes perfectamente que la vida no puedes ganártela así – me regañó mientras empezaba a mojar la gasa en alcohol y la pasaba por encima de la herida.
Nunca me había gustado el alcohol, después de tantos años debería haberme acostumbrado pero no era capaz.

Bajé la cabeza avergonzado por su comentario, una parte de mí sabía que tenía razón... una pequeña... pero una parte. Otra parte de mí guardaba recortes de periódico de las noticias en las que hablaban de mis encargos.

- Lo sé... por eso he venido a ayudar... podría haber huido a cualquier otra parte, no? - seguí su línea de visión... supongo que miraba las cicatrices... como todos - Ya no soy tan agradable a la vista como cuando me conociste eh?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...